Su disolución
En pleno delirio de grandeza se proyectó la construcción de un monumental edificio para sede del partido oficial. En él tendrían sus sedes el consejo superior, la intervención del distrito federal, la juventud peronista, la peña de amigos y se instalarían el hotel para dirigentes del interior, los salones de conferencias, exposiciones, exhibiciones y otros actos.
Debía ese edificio ser gemelo y simétrico del que en la actualidad ocupa el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, uniendo a ambos por un arco en la parte superior, sobre la avenida 9 de Julio, cuyo nombre se cambiaría por el de Eva Perón.
Su costo calculado en cien millones de pesos, se financiaría mediante la importación de 1.000 automóviles que se venderían con un sobreprecio de cien mil pesos cada uno.
Ese edificio, como jamás podría hacer otro igual un partido democrático, hubiera sido un monumento a la obsecuencia, al sometimiento y a la adulación.
No llegó a construírselo.
En cuanto al partido cuyas autoridades debió albergar, fue disuelto el 30 de noviembre de 1955 por decreto del gobierno de la Revolución Libertadora. Sus “considerandos” coinciden con el juicio que sobre aquél ha formulado la ciudadanía libre y que la historia ha de recoger algún día.
En pleno delirio de grandeza se proyectó la construcción de un monumental edificio para sede del partido oficial. En él tendrían sus sedes el consejo superior, la intervención del distrito federal, la juventud peronista, la peña de amigos y se instalarían el hotel para dirigentes del interior, los salones de conferencias, exposiciones, exhibiciones y otros actos.
Debía ese edificio ser gemelo y simétrico del que en la actualidad ocupa el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, uniendo a ambos por un arco en la parte superior, sobre la avenida 9 de Julio, cuyo nombre se cambiaría por el de Eva Perón.
Su costo calculado en cien millones de pesos, se financiaría mediante la importación de 1.000 automóviles que se venderían con un sobreprecio de cien mil pesos cada uno.
Ese edificio, como jamás podría hacer otro igual un partido democrático, hubiera sido un monumento a la obsecuencia, al sometimiento y a la adulación.
No llegó a construírselo.
En cuanto al partido cuyas autoridades debió albergar, fue disuelto el 30 de noviembre de 1955 por decreto del gobierno de la Revolución Libertadora. Sus “considerandos” coinciden con el juicio que sobre aquél ha formulado la ciudadanía libre y que la historia ha de recoger algún día.
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